Al principio no se trata de entender sino de amar.
- André Breton

Aprender es un acto activo no pasivo.

Aprender es divertido y empieza al nacer y si me mantengo alerta no termina nunca.

Aprender me aleja de la mediocridad y de la obsolescencia, mantiene mi cerebro, mi sistema nervioso y todo mi ser en continuo movimiento.

Aprendo cada día algo nuevo, algo más de mi persona, algo más del mundo, siempre algo más.

No me detengo más que a escuchar, meditar y reflexionar.

No espero a que alguien me eduque o me enseñe.

Yo soy responsable de mi arquitectura cerebral.

Mis preguntas son constantes, buscan penetrar lo que desconozco y me llevan a encontrar más y mejores preguntas.

El mundo cambia y yo también lo hago cuando aprendo pero me estancó cuando dejo de hacerlo.

Si la mediocridad llega a mi vida es sólo símbolo de que he dejado de aprender, pero nunca es tarde.

Exploro en mi interior, en mi experiencia, en mi vida para encontrarme y encontrar mi pasión, el motivo por lo que quiero ser mejor.

Diseño mis planes y mapas.

Busco y encuentro los mejores maestros.

Tengo guías o mentores y compañeros de aprendizaje.

Más que nada, comparto lo que aprendo, lo uso para hacer mi mundo, nuestro mundo algo mejor de cómo lo encontramos.