Percibo sólo una idea de la realidad, la que puedo interpretar con mis sentidos y que proceso con mi mente y sus contenidos. Esta idea es una percepción, un punto de vista, una realidad microscópica perteneciente sólo a mi mente.

Por otra parte está la realidad que nos envuelve a todos y a todo, la que el Universo genera, la que esculpimos todos y resulta en hechos, la comprobable con métodos científicos, la que es verdadera. Entender qué es esta realidad, de que está hecha, cómo se genera, de donde viene, porqué existe ... a impulsado al ser humano a explorar el mundo y observar el Universo, a interrogar a la realidad de millones de maneras, al principio usando sólo sus sentidos y capacidad de imaginar, luego buscando racionalizar sus imaginaciones comenzó a pensar con más profundidad y a buscar formas de apoyo y extensión de sus sentidos que le dieran mayor capacidad de observación y análisis. Inventó entonces la tecnología y su mente se fue abriendo al ver cada vez más de cerca lo lejano y con mayor resolución lo pequeño. Entonces se dio cuenta que era parte de algo mucho más inmenso y maravilloso de lo que jamás se hubiera podido haber imaginado. La búsqueda para describir la realidad verdadera aún continua y nos esperan muchas sorpresas.

Mientras tanto la idea de la realidad que percibo es bastante buena para que pueda navegar por el mundo, ser protagonista y testigo de hechos, entender a los demás y hacerme entender también. Digamos que lo que interpreto sobre como es el mundo y como funciona me permite operar en él. Que también lo hago depende de muchos factores, como mi contexto inicial biológico y social, mi educación, mis experiencias, mi capacidad para razonar, mi curiosidad, mi capacidad para poner atención, mi capacidad crítica, mi memoria, mi forma de socializar, mi ser.