La mayoría de las personas consideramos el tiempo como un recurso que es posible administrar. Usamos calendarios mensuales, semanales, con entradas diarias por hora para fijar fechas de actividades programadas, que forman parte de planes personales y profesionales.

El calendario nos ayuda a saber en que día vivimos, que fechas nos conviene recordar, qué número de mes y día es clave para nuestros planes futuros, cuando se vencen los pagos, cuando nos pagan, que día celebramos nuestro cumpleaños o una celebración de alguien importante para nosotros.

Por otro lado, está la energía diaria con la que contamos para realizar nuestras actividades, la cual no acostumbramos registrar para ayudarnos a evaluar como es que impacta nuestros planes establecidos en el calendario.

Creamos planes sin tomar en cuenta el nivel de energía personal con el que contaremos cada día. Suponemos que siempre estaremos operando al 100% y solo consideramos que la energía baja cuando nos enfermamos.

Nuestro nivel de energía diario es un recurso tan importante como el tiempo pues siendo bajo, los días en el calendario se acumularán, sin que nosotros logremos avanzar al ritmo establecido en nuestros planes.

Me pregunto: ¿Cómo medir nuestros niveles de energía diaria?