Perspicacia en inglés es “insight” que la entiendo como ver y entender el interior de las cosas.

Estamos siendo perspicaces cuando pasamos de la superficie de algo para conocer y comprender su naturaleza, como funciona y como encaja en el contexto donde se encuentra.

Imagina un automóvil lujoso, uno que aún no manejas pero te gustaría hacerlo, entonces observa su exterior, capta su formas, color, estructura. Después abre la puerta y ocupa el asiento del piloto. Una vez que pasas de las sensaciones iniciales, tocas el volante, ves el tablero, manipulas sus controles, lo enciendes. Escuchas el motor y lo hacer rugir usando varias veces el pedal del acelerador. Arrancas y das una vuelta por algunas calles de la ciudad escuchando la canción perfecta a todo volumen. Te detienes, jalas la palanca que abre la tapa del motor, te bajas del automóvil y vas a observar la máquina que genera su potente movimiento. Ves metal, mangueras, aluminio, contenedores, cables y más elementos mecánicos que a fondo no entiendes pero que en conjunto con todas los demás componentes del coche, le han dado forma a la experiencia sensacional que has sentido al manejarlo.

Todas las imágenes, sensaciones, ideas, preguntas que se generan en tu mente cuando te imaginas manejando un automóvil lujoso que te gusta son elementos que puedes usar para ir generando materia prima para tu intuición. En La primera oportunidad que tengas, ya en la realidad, para acercarte a ese automóvil lujoso, verás que la experiencia será muy diferente si no hubieras hecho el ejercicio imaginativo anterior.

Avanzamos en nuestras habilidades en la vida práctica no sólo actuando sobre las cosas si no también utilizando el poder de nuestra imaginación para manipularlas. Lo ideal es combinar ambos campos y aprovechar que lo que creamos con los ojos cerrados no requiere que gastemos en materiales, ni tenemos que esperar a que las cosas sucedan.

En el campo de la imaginación no hay límites de ningún tipo y podemos crear experiencias únicas para después aterrizarlas cuando estemos inmersos en la realidad, en donde notaremos nuestra perspicacia en acción.