Hoy me detengo por un momento para sólo vivir. No quiero pensar, ni analizar, ni crear nada importante. Sólo quiero ser yo por un día. Alguien que respira y eso es suficiente. No quiero nada más, sólo existir, sólo estar donde estoy y con quien estoy, sin ninguna pretensión, sin querer impresionar a nadie. Dejar que el día pase, hora tras hora, minuto a minuto, segundo a segundo.

Hoy le pongo pausa a la vida, a mi mente, a mis sueños, a mis ideas, a todo lo que quiero lograr mientras exista en este planeta. Con esto dejo que la tierra siga dando vueltas sobre sí misma y alrededor del sol. No es que cualquier cosa que yo haga tenga alguna influencia sobre la rotación y translación de la tierra si no que hoy, yo he decidido dejarme llevar, sin poner ninguna fuerza,tratando de cooperar con lo que el día quiera hacer conmigo.

Todo puede suceder y por esta vez no seré un actor, ni un director, ni siquiera un ayudante. Tampoco un espectador. Hoy sólo soy un ser humano que le ha puesto pausa a su existencia. Sólo por unos momentos no intento tener ninguna influencia sobre lo que suceda a mi alrededor. Lo único que tomó del ambiente que me rodea es el aire que aspiró y lo único que le entregó es el aire que sale de mi nariz.

Estoy viviendo unos momentos en pausa, intentando ser irrelevante. Trato de borrar mi ego de mi contexto. No soy nada ni quiero ser nada. Estoy existiendo con el mínimo de recursos posibles dejando ser a los demás lo que quieran ser, dejando que el mundo siga sin mi.

Vivir en pausa por unos momentos me ayuda a entender que el mundo seguirá existiendo sin mi y que no soy tan indispensable como a veces creo. Esto no es malo, me ayuda a tener una perspectiva interesante sobre el valor de lo que puedo aportarle al mundo.