Sólo hay una persona como tú. Sólo hay una persona como yo. Aunque en el futuro se hagan clones humanos ninguno de ellos será igual al original. Sin embargo pasamos mucho tiempo buscando ser como los demás. Nos educan para ello y pocas veces nos dicen, esfuérzate por ser tú mismo, no te adaptes tanto al mundo como para desaparecer en la multitud. Más bien nos preparan en clases en donde todos debemos aprender los mismo y en general lo menos que se premia es la originalidad.
Pero los premios no se necesitan para hacerse preguntas interesantes como, ¿qué puedo crear en el mundo que sólo yo pueda hacer?
La respuesta puede que venga en un segundo o puede que tome una gran parte de la vida en llegar. Si llega rápido es porque ya has estado trabajando en algo original y si tarda es porque has estado un poco distraído en el mundo, quizá con éxito pero al mismo tiempo quizá un poco insatisfecho. Quien sabe, tal vez no todo mundo quiere dejar su marca creativa y positiva por donde pasó.
Vivir y expresarse de manera original no es nada fácil, pues para empezar implica escuchar una voz muy suave, casi imperceptible en un contexto muy ruidoso. Es la voz interior que no habla precisamente con palabras, al menos no siempre. Es también la voz de alguien externo a nosotros que nos guía pero nosotros sin estar sintonizados con nuestra voz interior no la escuchamos. Esa voz guía podría provenir de un libro, de un maestro, de un amigo, de uno de nuestros padres o de un extraño. Son voces que para ser escuchadas requieren que bajemos el volumen del ruido de nuestro contexto, que cerremos los ojos a las imágenes que nublan nuestra visión.
Escuchar nuestra voz interior es el inicio del camino hacia la originalidad, que puede ser reforzada por voces externas, pero a partir de ahí lo que sigue es trabajar muy fuerte, quizá en el principio copiando lo que hagan personas que admiramos pero si perder de vista quienes somos y que buscamos. Copiar de manera intencional para encontrar el propio estilo se vale mientras sea claro para todos que estamos copiando como medio de desarrollo no como fin. Por ejemplo, si quieres ser pintor, quizá elijas copiar a Picasso para intentar entender desde dentro su arte pero no intentes vender ni hacer tuyas esas copias. Son solo escalones en el desarrollo del pintor original que serás en el futuro.
Códice Moncam