Se termina 2013 hoy. Mañana empieza otro año, 2014. Es un momento especial pues esta coyuntura nunca jamás se volverá a presentar.

El 2013, al terminar, se convierte en un año más que hemos vivido. La acumulación de imágenes que tenemos en la memoria de lo que fue el año poco a poco se irán desvaneciendo hasta quedar una o dos que determinen lo que pensamos del 2013 cuando alguien nos pregunte en el futuro.

Tenemos qué olvidar para vivir el presente. Tenemos qué darle espacio al nuevo año. Al 2014 con todos y sus días por venir.

Al empezar un año lo hacemos con optimismo, tenemos enfrente de nosotros 365 oportunidades para ser felices.

¿Cómo lograrlo? ¿Cómo hacer el 2014 mejor que el 2013? ¿Cómo lograr más, hacer más, crear más, construir más?

¿Es más de cualquier cosa lo que necesitamos?

Es muy importante definir lo que queremos pensar al final del 2014 para que traigamos al presenté, al 31 de diciembre del 2013, esa imagen que nos puede acompañar cada día del 2014 y que será la que recordemos dentro de un año.

Queremos ser felices, todos los seres humanos, lo queremos.

¿Que define la felicidad para cada uno de nosotros?

Cada quien debe definirlo. Es una respuesta muy personal. Pero lo que sea que queramos se logra día a día, momento a momento. Es la acumulación de todos los momentos lo que crea un año feliz o no. Un año que queramos recordar con una sonrisa.

Por ello este año 2014 pienso vivirlo con todo. Con toda mi persona puesta en el presente, en el momento que estoy viviendo, sin perder el enfoque por estar atorado en los errores del pasado o por mantener la mente en predicciones futuras que tengan poca altura.

Hoy es momento de vivir con todo pues no hay más. Nunca ha existido más. Sólo el presente. Sólo tu persona fluyendo con la vida hacia adelante.