La palabra en inglés para mentalidad es “mindset” que podría traducir directamente como mente fija y es de lo que quiero hablar hoy, de que mi forma de pensar, lo que produce mi mente, es en mucho algo predispuesto, algo fijo.

No puedo hablar por nadie más cuando no puedo estar dentro de los procesos de su mente, aunque puedo inferir por el comportamiento que veo pero tampoco quiero juzgar a nadie por eso hablo de mi, al menos hoy.

Mis procesos mentales se repiten una y otra vez en ciclos continuos que duran el tiempo que estoy despierto. Cuando duermo no tengo idea que sucede y pensándolo bien, incluso cuando estoy despierto tengo que poner atención a lo que está haciendo mi mente para poder al menos tener idea de que estoy repitiendo los mismos ciclos mentales una y otra vez. Esta mente fija, esta mentalidad si no intentó conscientemente de cambiar, no lo va a hacer por sí misma. Quizá otras personas lo puedan hacer y puedan mantener su mente en continúa evolución pero en mi caso no es así. Tengo que estar al pendiente de como pienso, de cuando mis opiniones se están volviendo obsoletas por que he dejado de crecer.

Tengo que poner mucha atención a los procesos de mi mente, a como pienso pues dependiendo de ello es lo que puedo producir y crear. Si mi mente no está creciendo es porque la estoy limitando de alguna manera, ya sea por miedo a cambiar, por no salirme de un patrón de comportamiento o por ideas obsoletas que me encierran en círculos improductivos.

Una mente que crece continuamente funciona en modo de aprendizaje, es arriesgada, no le tiene miedo a la imperfección, al contrario, la abraza con humildad y utiliza los errores como ideas que no funcionaron pero que muestran alguna luz en otra dirección.