Existen límites que no se pueden rebasar como son los que imponen las leyes de la física, por más que yo quiera volar sin algún tipo de motor externo a mi persona, no puedo hacerlo. Los seres humanos aún no hemos inventado la píldora de la anti-gravedad.
Fuera de los límites duros que nos impone el Universo, al menos del que conocemos, existen los límites que nos impone el ser buenas personas pues de nada sirve crear algo positivo si es pasando por encima de otros seres humanos.
Existen también los límites auto-impuestos, aquellos que no rebasamos por creer que no podemos hacerlo. Estos son el tipo de límites que hemos aprendido a fuerza de experiencia y educación. Algunos de ellos operan en sentido contrario a nuestros sueños e intereses, por ello es bueno eliminarlos pero para ello primero tenemos que identificarlos y esto no es nada fácil pues son parte de nuestra persona, han crecido con nosotros, fuera de nuestra programación genética pero muy íntimos pues residen en nuestra mente.
Para superar los límites que nos debilitan y que son programados en nuestra mente por nuestra educación, cultura y experiencia, se necesita despertar, primero a la idea de que existan, segundo necesitamos monitorear nuestro comportamiento y detectarlos mientras operan para luego evaluarlos y crear un plan de des-programación.
Todos esto puede ser muy complicado de llevar a cabo pues implica meterle mano a nuestra mente utilizando a la misma mente para hacerlo. Muchas veces no se puede y necesitamos la ayuda de terceras personas, algunas veces verdaderos profesionales en el arte o profesión del análisis y la terapia. Esto es algo que cada quien debe evaluar pero puede valer mucho la pena pues si se quiere llegar a hacer grandes cosas en la vida algunas veces los límites auto-impuestos van a ser uno de los grandes obstáculos a superar.
Códice Moncam