Escribo software para el cerebro humano
Los seres humanos no somos máquinas ni operamos como robots. Somos seres biológicos con un cerebro maravilloso y complejo con el cual tenemos la capacidad de imaginar y crear. Somos seres conscientes de sí mismos y su entorno. Nos reconocemos como seres individuales y como miembros de una sociedad y participantes en la ecología del planeta Tierra.
Somos programadores del mundo, tenemos capacidad de transformar un área desolada en un paraíso, podemos construir islas artificiales, convertir silicio en procesadores de información y comunicación, etc. La lista es demasiado grande para seguir.
Todo esto a partir de ideas y actividades inteligentes.
También podemos destruir a una escala pequeña, como por ejemplo, cuando derrumbamos un árbol o a gran escala como cuando dejamos caer bombas nucleares desde un avión.
Así como programamos el mundo también lo hacemos con nuestro cerebro. Comenzamos con un cerebro inicialmente programado por nuestros genes y el medio ambiente en que nos desarrollamos. Nuestras primeras interacciones humanas crean nuestros primeros programas sociales y de percepción del mundo. La educación en la casa y luego en la escuela aumentan los programas que residen en nuestro cerebro. Muchos se vuelven obsoletos con el tiempo y van siendo reemplazados por las rutinas que derivan en lo que hacemos y decimos cada día. Conforme crecemos aumentan los modelos mentales que tenemos del mundo pintados por la infinidad de detalles que le dan forma a nuestra cultura.
Para escribir software para el cerebro humano, estoy partiendo de la idea que el órgano maravilloso que reside en nuestras cabezas puede ser programado y que de alguna manera conozco su lenguaje de programación.
Podemos llamar programación a la creación de hábitos, actividades que hacemos todos los días porque las hemos aprendido una vez y las hemos repetido tanta veces que suceden casi en automático. Podemos llamar programación también a la educación familiar de nuestras casas, la formal de la escuela y la informal de la calle.
Podemos llamar programación al leer un texto y utilizarlo de alguna manera en nuestras vidas. Por ejemplo, al leer la biografía de alguien que admiramos y subrayar una cita que nos llega y decidir aplicar esa idea en nuestra vida, estamos comenzando a crear un programa para nuestro cerebro. El programa se crea entonces usando algunas instrucciones encontradas en el texto, más la emoción que nos provoca, más la intención de aplicar las ideas en nuestra vida, más las acciones ejecutadas en la realidad, más las reflexiones que hagamos después de la acción. Todo eso junto es lo que programa nuestro cerebro y en general le llamamos aprendizaje.
Mientras mejores programas incorporemos a nuestro cerebro la posibilidad de lograr nuestros objetivos aumenta.
Mientras más aprendamos que funciona y que no, mejores modelos mentales iremos creando en nuestro cerebro.
Los programas que escribo para el cerebro son solo un conjunto de ideas diversas que cada persona puede tomar o no, usar o no, aplicar en su vida o no. Yo en sí mismo no soy el programador de ningún cerebro más que del mío y eso solo parcialmente. Quizá tenga alguna influencia en la programación de los cerebros de mi familia cercana, pero mientras más se alejan de ser niños más mi influencia tiende a disminuir. Cada quien es dueño de su cerebro y su propia vida.
Lo que si busco es crear ideas que pudieran ser interesantes, originales o al menos útiles para que alguien las use como instrucciones de entrada o inspiración para crear los programas que sirvan en su vida para mejorarla y con ello entender y luego mejorar al mundo.
El software que escribo es del que llaman open source o abierto. Estas palabras son solo segmentos de un programa que cada quien puede o no integrar a su mente.
Escribo software para el cerebro humano como todos los que escriben, dibujan, pintan, crean y tocan música, dan una clase, dan una platica, crean un vídeo, diseñan una página de internet, crean una película o un programa de TV.
Cada estímulo a la mente puede llegar a ser un componente más de la estructura cerebral de una persona.
El arte quizá sea la forma más sublime de programar nuestros cerebros.
Hoy escribo software para el cerebro humano antes escribía software para programar controles de máquinas y robots industriales.
Las dos actividades son muy diferentes. La segunda es bastante predecible, tiene objetivos claros y requiere conocimientos de ingeniería. La primera requiere, entre varias formas de expresión humana, saber hablar, escribir, dibujar …. Y sobro todo tener curiosidad para intentar entender como es que un cerebro en particular es programado para lograr cosas interesantes en la vida.
Códice Moncam