Dos meses como robot
Modos de operación que llevan a crear proyectos interesantes
Ya son dos meses que he seguido realizando mi objetivo de escribir al menos 300 palabras al día. La constancia del propósito ha sido importante y la instalación del hábito es la consecuencia.
Cada mes me gusta detenerme a analizar como es que he podido realizar este objetivo sin fallar pues quiero aprender los detalles de como instalar hábitos en mi vida que me permitan lograr objetivos que considero importantes.
Supongo que tengo varios “modos de operación” relacionados con fijarme metas y lograrlas. Por ejemplo, cuando me pongo a pensar en las cosas que quiero lograr en la vida, el “modo de operación” correcto es el de soñar metas altas y hacerlo sin pensar que hay límites. El resultado de esto es una lista de ideas grandes que me inspiran a dedicar una gran parte de mi tiempo a lograrlas.
Luego vienen otros “modos de operación” cuya función es aterrizar la ideas sin que pierdan su cualidad inspiradora y capacidad de cambiar al mundo para bien. Aquí es donde me apoyo en la idea de realizar algo pequeño cada día que al acumularse en un año, cada pedacito se convierte en algo grande.
El “modo de operación” que le llamó Robot es al final de cuentas el que ejecuta las actividades que programo durante todos los “modos de operación” anteriores. Aquí es donde la llanta toca el piso, es el momento en el que escribo, en el que me comunico, en el que la máquina produce, en el que descubro algo interesante.
A lo que le llamó “modo de operación” es a la vez un estado mental y una actividad física que se manifiestan de diferentes maneras dependiendo de lo que en ese momento quiera hacer o simplemente vivir pues no siempre se trata de lograr algo, muchas veces, lo único que hay que buscar lograr, es vivir el momento sin esperar nada, absolutamente nada más.
Códice Moncam