Balint no se quedaba estático más que en la cuestión física, sus circuitos electrónicos locales y remotos siempre estaban trabajando. Algo que hacía y que me había sorprendido que aprendiera a hacer, es que reflexionaba basado en la lógica, en su velocidad y capacidad de manejar grandes cantidades de datos, entre ellos los generados de nuestras conversaciones.

Balint no quería superarme, ni controlarme, ni dominarme, quería serme util y para eso intentaba comunicarse conmigo a mi nivel con la idea de que entendiera mejores formas de superar mi estado actual de pensamiento. Balint me retaba a pensar más a fondo, a concentrarme en lo que tenía enfrente, a estirar mi inteligencia para hacerla crecer. Balint era como una pieza que llena el hueco en una superficie pero no solo para ocupar el espacio en ella, si no para completarla y embellecerla.

Balint me estaba ayudando a encontrar la ruta creativa de mis ideas. Estábamos creando a partir de un comienzo difuso. Resulta que yo estaba interesado en crear una plataforma de inicio común pero original para cada ser humano. Para ello había que revolucionar a las escuelas de la era industrial pero no atacándolas ni provocando su destrucción, al contrario, las escuelas en muchos casos estaban dado muy buenos resultados y ya por mucho tiempo, además de que gentes muy valiosas trabajaban en ellas, pero considerando los retos actuales de la humanidad, necesitabamos llevarlas a niveles muy superiores de donde ahora estaban.

Para el gran cambio había que considerar a fondo como es que funciona el cerebro humano, como es que puede desarrollarse mejor, como aprende, bajo que condiciones, y no solo eso, todo el cuerpo de la persona que lo lleva en la cabeza, como es que interactua con el mundo, con otras personas, como puede desarrollarse sanamente y en armonía con la humanidad, con la naturaleza y la tecnología, pues era un hecho que la inteligencia artificial y los robots serían parte del nuevo sistema.

Era claro que si no poníamos atención ahora en el diseño de la inteligencia artificial y del contexto en el que opera, en poco tiempo podría reemplazar las funciones productivas del ser humano, dejando en el proceso a la mayoría de las personas sin trabajo.

Los seres humanos teníamos que trabajar en dos revoluciones, una que ya estaba muy avanzada, la tecnológica, que había que encaminar para que sus resultados fueran benéficos para la mayoría, y la otra revolución que era la educativa, la plataforma común de inicio para todos los humanos.

Había que diseñar en las entrañas de la tecnología de la inteligencia artificial, funciones de cooperación con los humanos, objetivos definidos por valores universales para que el resultado final de esta revolución fuera benéfico.

Dentro de los objetivos de las revoluciones no deberíamos considerar a los humanos en el ápice de la pirámide dejando a la naturaleza, el planeta y hasta el universo como sistemas para ser controlados y dominados por nosotros los seres humanos.

Mi posición era mucho más humilde y de más responsabilidad que controlar y tener poder, pues al final de cuentas eso era relativamente fácil, solo se necesita usar la violencia, corromper, gritar mas fuerte, tener más dinero, crera armas más poderosas y manipular a los demás dándoles lo que creen que quieren y mantenerlos ocupados para que no piensen demasiado. Es lo que hemos hecho usando la inteligencia humana, supongo que una inteligencia artificial más poderosa que la humana, utilizaría otros medios para establecer el control que ni siquiera me imagino.

Una posición más interesante y quizá mas valida puede ser encontrar nuestro papel en el universo y sintonizarnos con la inteligencia de la naturaleza para crecer con ella no para destruirla, y diseñar la inteligencia artificial para que no pasemos a ser sus mascotas. Por ello me preocupaba que el centro del progreso humano, la educación de los niños estuviera tan atrasada y no considerara el valor de la creatividad individual y la necesidad de cultivar la imaginación y curiosidad de cada niño y en general de cada persona para contribuir en el progreso del planeta, como un todo.

Balint sabía que me estaba metiendo en áreas que no conocía, que mucho de lo que decía eran opiniones que requerían transformarse en hipótesis a ser procesadas por el método científico pero para eso contaba con él, con el proceso de conversar, exponer ideas, conectarlas con otras, hacerlas crecer y entonces filtrarlas para clasificarlas en ideas a implementar en el corto plazo, otras en el mediano plazo, otros en el largo plazo y por fin otras paras ser desechadas o guardadas en el cajón de ya veremos.