Contexto
... porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino.
- Amado Nervo
Los seres humanos ocupamos un tiempo y un espacio, ambas variables, entre otras, crean el escenario del contexto de nuestras circunstancias de vida.
Cuando vamos por el mundo con la mente abierta, la mirada encendida por la curiosidad y nuestras manos explorando las superficies de nuestro entorno, podemos apreciar mejor el contexto en el que nos encontramos. Podemos entender mejor algunas de las variables que le dan forma a lo que estamos viviendo momento a momento y si ponemos atención tendremos la capacidad de ajustar nuestra actitud para que nuestra mente sea capaz de aprender en donde estemos, si eso es lo que deseamos.
Aprender es un proceso discontinuo pues no siempre estamos aprendiendo. Para aprender requerimos crear las circunstancias adecuadas, darle el ritmo a la mente para que se acomode a lo nuevo, para que podamos captar los patrones de la nueva información y conectarla con lo que ya sabemos.
Si nos atiborramos de información quizá podríamos memorizar muchos datos o nombres pero poco podremos entender del contexto bajo el que esos datos, nombres, fechas, ideas crean un significado que pudiéramos entonces llamar conocimiento.
Cada persona tiene sus propios ritmos mentales, su propia sed de conocimiento, que de manera contradictoria, crece más mientras más se bebe del tipo de ideas que aumentan la curiosidad e imaginación.
Mientras más se profundiza en algo que nos llaman la atención, más queremos saber de ello, más queremos usarlo, más deseamos aplicarlo. Al menos eso sucede cuando el contexto bajo el que estamos aprendiendo se sintoniza con nuestros talentos naturales, con los resultados que queremos llevar a nuestra vida, con nuestro sueños, con nuestros ideales, con nuestras habilidades y con nuestra capacidad de aprender.
Mientras más nos acerquemos a lo que creemos tiene un significado profundo para nosotros más viviremos aprendiendo y aplicando lo que estamos aprendiendo. De esta manera ya sea si vamos a la escuela o no, crearemos nuestros propios planes de estudio, buscaremos a los mejores maestros, intentaremos crear las circunstancias adecuadas para aprender mejor y sobre todo para crear algo significativo con ello.
Aprender por aprender es un buen pasatiempo pero lo mejor es convertir esa actividad pasajera en una que genere frutos frecuentes.
Como escribió Amado Nervo, somos arquitectos de nuestro propio destino .... cuando somos arquitectos de nuestro cerebro, agregaría yo.
Códice Moncam