Claridad
Tener la mente clara, libre de confusión, es una de mis metas diarias. No me gusta tener demasiadas cosas en la cabeza, así no puedo funcionar. Por ello cuando esto me sucede tomó una hoja de papel en blanco y descargó todo lo que traigo en la mente. Escribo frases cortas en una lista y la acompaño con dibujos. Esto resulta en que ahora el papel es el que carga con la confusión y yo me quedo con la posibilidad de organizar mis pensamientos de forma más fácil. Hacer esto sólo en la cabeza no me resulta fácil. El papel y la pluma resultan buenas herramientas para ayudar a obtener claridad mental.
Otra actividad que ayuda a recuperar la mente es la de quedarme quieto por unos minutos sin hacer nada, dejando que el tiempo pase sin tener que estar actuando de forma activa. Me quedo sólo respirando, concentrando la atención en la respiración, sólo en el movimiento de entrada y salida de aire del cuerpo. Esto no es fácil hacerlo y no lo realizo tan seguido como quisiera. Mi mente está acostumbrada a generar palabras e imágenes que no se detienen tan fácilmente. Son como trenes del metro de la Ciudad de México, siempre ocupados, siempre viajando de un lado a otro.
La mente en calma es una meta diaria porque a partir de ella puedo ser mucho más positivo y creativo, dos condiciones para aprovechar los momentos de cada día, dos condiciones que impulsan la felicidad.
La mente en calma no es una mente adormilada, al contrario, es una mente muy despierta, es una mente lista para cualquier cosa, capaz de resolver problemas, escribir un poema, entender una ecuación, dar un discurso, leer un libro. Cualquier cosa que requiera nuestra completa atención, que es un recurso que se va vaciando durante el día, renovarlo requiere detenerse a respirar sin pensar en nada más que en el aire que entra y sale de los pulmones.
Respirar no sólo nos mantiene vivos también nos mantiene capaces de operar con una mente poderosa si nos damos tiempo de ponerle atención varios minutos al día.
Códice Moncam