Científico de la vida
Cada uno de nosotros comienza siendo un gran científico de la vida que con la curiosidad a flor de piel conduce una gran cantidad de experimentos para crear sus primeros modelos del mundo aprendiendo con ello a navegar en él.
Conforme crecemos, la mayoría dejamos que la curiosidad se vaya al fondo de nuestra mente y aunque continuamos adquiriendo nuevos modelos del mundo, muchos de ellos se convierten en permanentes y los clasificamos como verdaderos para pocas veces o nunca volverlos a cuestionar.
Siendo adultos más que científicos de la vida, como fuimos de bebés y niños, nos convertimos en repetidores de patrones y nos deslumbra más lo que sabemos que una ignorancia consciente y positiva, que mantendría nuestra curiosidad corriendo por toda nuestra superficie.
La ignorancia es consciente y positiva cuando nos hace humildes ante la inmensidad de los misterios que faltan por resolver, cuando no se cierra nuestra mente con las respuestas que suponemos verdaderas, cuando nos impulsa a hacer preguntas nuevas sobre modelos viejos, cuando nos motiva a mantenernos despiertos buscando algo que no sabemos que es pero que creemos importante, cuando nos ayuda a entender que lo que se considera hoy como incurable no es más el reflejo práctico del estado incompleto de una teoría.
Comenzamos en la vida desconociendo todo y poco a poco, tocando aquí y allá, probando esto y aquello, observando con sorpresa y dedicación, repitiendo una y otra vez, escuchando con atención, vamos aprendiendo a entender el mundo que nos rodea y nuestro papel en él.
A cada instante formulamos teorías y las probamos para ver si son ciertas o no, recopilamos información de nuestras pruebas y a partir de los resultados creamos conclusiones. Esto a grandes rasgos es el método científico que aplicado continuamente por personas reconocidas o no, nos ha llevado a saber más del Universo en los últimos 500 años más que en toda la historia anterior de la humanidad.
Detenernos hoy un momento a retomar nuestra capacidad innata de ser científicos de la vida puede que nos ayude a recuperar nuestra ignorancia creativa y positiva, con ello podremos ver de nuevo al mundo, al universo, como niños a los que no hace falta animar para que se conviertan en inventores, creativos e innovadores, porque lo son por naturaleza.
Códice Moncam