Capacidad de asombro
Pienso que tengo que renovar mi capacidad de asombro, mi capacidad de detenerme a vivir con sorpresa y admiración. Vivo en un mundo que es maravilloso de miles de millones de formas y pocas, muy pocas veces lo aprecio.
La clave del asombro, creo que está en detenerme a vivir el momento presente de una manera particular y no sólo para observar lo que tengo enfrente si no para estar con la mente trabajando a una frecuencia de pensamientos de casi cero por segundo, sólo tomando aquel que me lleve a viajar por el universo.
Un pensamiento que abra mi mente para que suelte todas sus cargas pesadas, incluyendo los prejuicios, las distracciones, los miedos, las inercias, las confusiones, las resistencias, las cargas.
Una mente así, libre, tiene la posibilidad de viajar a dónde quiera, de acercarse a las cosas grandes y pequeñas para descubrirlas de nuevo con los ojos de quien las ve por primer vez y se asombra por lo mucho que son, por sus formas, sus materiales, su consistencia o falta de ella, por todo lo que tuvo que suceder para que existiera en el momento que la estoy observando, por la creatividad acumulada que tuvo que vencer un número indefinido de incógnitas y obstáculos, pero más que nada, por todo lo que no entiendo, ni tengo idea como es que algo así puede existir y que por fortuna puedo admirar, sentir, tocar.
Lo que me asombra y sus misterios se convierten en gasolina para los motores de mi curiosidad e imaginación. Con ellos encendidos se ilumina mi vida y puedo vislumbrar más y más la belleza del mundo.
Alimentar la capacidad de asombro me lleva a generar curiosidad e imaginación en mi vida, a admirar la inmensidad de todo lo que no entiendo o no conozco pero también a ver esto como un reto para intentar vivir con mi mente ligera y operando en modo de aprendizaje.
Códice Moncam