Puedo imaginar cualquier cosa si me lo propongo y si tengo los elementos en mi memoria para hacerlo.
Imagino dos puños de arena flotando enfrente de mi. La arena no está contenida por nada y tampoco es llevada de aquí para allá por el viento.
Cada grano de arena es comandado a sostenerse flotando en el aire por el procesador invisible de mi imaginación, desafiando así a la fuerza que en la realidad lo llevaría al suelo sin ningún esfuerzo.
La fuerza de gravedad, que ejerce influencia en todas las partículas del universo, no puede contra mi imaginación.
Con esa arena flotando puedo crear las formas y comportamientos que quiera.
Comienzo con una forma conocida. Me imagino a la arena concentrada en un punto a la altura de mi vista y que toma la forma de un embudo. Pasan unos segundos y entonces algunos granos de arena comienzan a bajar formados en una fina línea recta hasta llegar a un punto inferior en donde se acumulan. Pasan veinticinco minutos y la totalidad de la arena ahora está concentrada en el punto inferior.
Hé creado un reloj de arena.
Ahora pienso en una función distinta. Imagino una conversación entre tres personas. Cada una trae a la plática su historia personal, sus punto de vista particulares, sus emociones hacia el mundo, hacia sí mismos y hacia las personas con las que están platicando.
Cuando cada persona habla, la arena interpreta las palabras y emociones tomando alguna forma abstracta muy singular que conforme la conversación avanza refleja cada vez mejor los motivos profundos que animan a esas personas a emitir las palabras que han escogido en esa interacción humana.
Cuando la conversación termina, la arena sostiene por unos minutos la última forma creada para luego acumularse enfrente de mi mirada esperando a que mi imaginación la dirija a crear la siguiente ecuación de forma y comportamiento.
No es que esta arena sea muy especial ni que solo esté disponible para mi, al contrario, la arena es como cualquier otra y como todos los seres humanos somos capaces de imaginar, este ejercicio está al alcance de todos.
La arena flotante es solo una herramienta más para darle forma a lo que podemos imaginar y a partir de ahí crear en la realidad, ahora si tomando en cuenta a la fuerza de gravedad.
Códice Moncam