La niña súper inteligente y rebelde, curiosa y dinámica, que con sus preguntas agotaba a cualquiera, se había convertido en una jovencita muy original, no sólo por que a sus veintidós años estaba por terminar su doctorado en ciencias de la computación y que tenía como siguiente meta hacer otro en neuropsicología, sino que además se daba tiempo para vivir su juventud. Era reflexiva y locuaz, inocente y profunda, coqueta y seria, parlanchina y taciturna. Era una persona llena de contrastes pero sin llegar a ser bipolar. No era perfecta. Muchas veces su curiosidad era tan persistente que la volvía muy testaruda y discutía, se quejaba, se enojaba por días. Quienes la conocían entendían que esos arranques de frustración eran parte de su búsqueda por encontrar mejores preguntas. No era tan bella como algunas de sus amigas. Era muy delgada, sus formas de mujer apenas se notaban pero las facciones de su cara eran finas y sus ojos estaban llenos de vida y eso la hacía atractiva para los muchachos con los que convivía. Aunque para algunos era demasiado inteligente y les daba miedo, la veían como una rival demasiado tremenda.
Había nacido en China, su padre era un Europeo que nada más conoció a su madre para embarazarla. Pasó sólo sus primeros seis años con ella pues al cumplirlos la envió con unos familiares a California. Volvería a ver a su Mamá hasta haber cumplido los 18 años. Hablaba y escribía en su idioma natal pero pocas veces se comunicaba usándolo, cuando lo hacía era para escribir en su diario o en las cartas dirigidas a su Madre. Le gustaba representar sus ideas y pensamientos más íntimos en su lenguaje materno pues el Chino le parecía mucho más expresivo que el Inglés.
Los tíos con los que vivía en California habían sido muy estrictos con ella en cuanto a su formación - le repetían con frecuencia un discurso como el siguiente - "no tenemos muchos recursos económicos, venimos de una región de nuestro país que es muy pobre, estamos acostumbrados a la escasez y aquí, aunque no ganamos mucho dinero con la tintorería, tienes muchos más recursos a tu disposición de los que jamás habíamos soñado. Aprovéchalos. Es tu obligación hacer algo con ellos, no sólo para ti, no sólo para tu familia aquí y en China, si no también para la gente de este país, para la gente de todos los países, para el mundo. Sabemos que vas a lograr algo grande en tu vida, eres demasiado inteligente pero tienes además que ser disciplinada, constante y sobre todo tienes que intentarlo y lo tienes que hacer pensando en grande desde niña."
ShaoLan era su nombre y el estilo de sus tíos de darle tanta importancia a su educación y a que hiciera algo interesante con su vida le cayó como anillo al dedo pues ella misma manejaba su aprendizaje con su curiosidad en lugar que la escuela la empujara con sus paquetes de materias definidos por una burocracia. Participaba en una escuela tradicional, una de las tantas del gobierno de California, nada especial, y consumía lo que sus maestros le ponían enfrente pero con sus preguntas los rebasaba y les daba tres vueltas.
ShaoLan era una anomalía en la curva normal del tipo de estudiantes que asistían a las escuelas tradicionales y eso ocasionaba envidia entre sus compañeros e incluso con algunos de sus maestros. Estaba acostumbrada a ser considerada diferente a los demás, sus facciones marcaban una gran parte de esa diferencia y algunos niños eran especialistas en usar las particularidades de su rostro asiático para molestarla. Pero ShaoLan tenía una mente fuerte que comandaba un cuerpo delgado pero bien entrenado y cuando llegó el día que las ofensas rebasaron su nivel de tolerancia de insultos, que no era muy alto por cierto, propinó una sola patada en la nariz del niño que más la molestaba y eso bastó para que la empezaran a respetar y a entender pues la personalidad de ShaoLan era abierta y empática.
Unos niños que no habían aprendido a respetar a las personas diferentes a ellos no iban a deprimir o a aplastar su capacidad de desarrollo. Por fortuna su tío le había enseñado autodefensa tan pronto había llegado a los Estados Unidos.
ShaoLan, a sus veintidós años reflexionaba y lo hacía al mismo tiempo que dibujaba, o más bien garabateaba pues le gustaba dejar al lápiz o la pluma correr libres sobre el papel. Estaba pensando en los detalles de la gran estrategia de su vida. Ahora que estaba terminando su doctorado en sistemas simbólicos, y de acuerdo a su estrategia global, el siguiente paso era entender como funcionaba el cerebro humano, pero no quería meterse a un doctorado teórico, quería aprender de forma práctica. Claro, aprender sobre el cerebro humano no podría ser tan directo como aprender sobre computadoras. Las computadoras eran creación humana y el cerebro no lo era. Con el cerebro humano todo era indirecto. No podía inventar o diseñar uno, no podía verlo funcionar más que usando electrodos, electromagnetismo y observar el comportamiento de las personas.
Podía estudiar su propio comportamiento, podía escribir y dibujar sus pensamientos, al menos como creía entenderlos. Pero se preguntaba como podría entender el cerebro de forma más directa y sobre todo que haría con ese conocimiento. Eso era lo más importante, la aplicación práctica del conocimiento para mejorar el mundo.
Ya había aprendido a crear productos usando computadoras, había colaborado en el diseño de algunos que ahora estaban en el mercado siendo usados por millones de gentes pero eso no cambiaría al mundo radicalmente. Las personas eran las que cambiaban al mundo, los objetos eran sólo herramientas para hacerlo. Lo que había cambiado al mundo recientemente no había sido Internet, sino las personas que imaginaron su existencia y los que habían desarrollado el software, el hardware, los sistemas, la infraestructura y los dispositivos que le dieron forma a lo hoy es y los que siguen creando encima de ello. También los usuarios de internet han colaborado a darle la forma que tiene hoy y quienes están jalando los recursos de la red que consideran más valiosos, como el video y las interacciones entre familiares, amigos y extraños.
A veces pensamos que la herramienta es la causa original del cambio, no es así, la causa original del cambio es la imaginación, la curiosidad y la creatividad de las personas.
"La imaginación, la curiosidad y la creatividad son los motores de la innovación y ésta es la que mueve al mundo hacia adelante", escribió ShaoLan en su diario como conclusión a sus reflexiones del día.
Basada en la conclusión del día anterior, ShaoLan continuó pensando en lo que sería la siguiente etapa de su vida, cuya estrategia global era colaborar en cambiar el mundo para bien. Que mejor manera de hacerlo que actuar sobre la raíz de toda la innovación en el mundo, es decir, la imaginación, la curiosidad y la creatividad de las personas.
Eso era, más que trabajar en crear productos para ser usados por personas, buscaría crear personas o mejor dicho, ayudaría a que las personas se crearan a sí mismas aprendiendo a cultivar desde pequeñas los motores de la innovación.
Las preguntas eran entonces, ¿cómo es que las personas se crean a sí mismas? ¿A partir de cuando comienzan a actuar sobre su propia vida? ¿Cuándo es que comienzan a esculpir su destino? ¿Cómo se cultivan los motores de la innovación?
ShaoLan como siempre generaba muchas preguntas y eso más que molestarla, la entusiasmaba. Estaba madurando. No eran más respuestas lo que buscaba sino mejores preguntas. Ese era su lema personal.
Para responder a sus preguntas comenzó imaginando al cerebro humano como una computadora poderosa y especial, que se programaba con la educación, con el esfuerzo consciente y masivo utilizado en las diversas escuelas del mundo. Pero había un problema, el lenguaje de programación de esta computadora tan especial ya se había vuelto obsoleto, es decir, el sistema educativo más empleado en el mundo para programar cerebros ya no servía o al menos había perdido su efectividad.
Imaginar así a la educación, como un sistema de programación del cerebro humano en estado de obsolescencia, le permitió entonces pensar de manera analítica en los componentes de un sistema de computadoras, en entradas, salidas, procesadores, memorias, lenguaje de programación, sistemas de comunicación, redes, algoritmos, diseñadores, programadores, gerentes de proyecto, etcétera. Creó listas y garabatos utilizando estas ideas como entradas a su pensamiento obteniendo con ello más preguntas y como de costumbre, al final de día escribía sus conclusiones en su diario.
Sabía que las conclusiones que escribía cada día podrían estar equivocadas y ser en muchos casos superficiales, pero le servían de punto de partida para sus investigaciones siguientes.
El hardware de una persona es su cuerpo que incluye toda la maravillosa biología que ha evolucionado por miles de años hasta darnos la forma que hoy tenemos los seres humanos, con todas sus variedades. Ese hardware que es el cuerpo humano es programable, primero por la naturaleza a través de los genes, luego por el contexto en el que nace una persona, después por las interacciones con las primeras personas que forman su círculo cercano de vida y su medio ambiente. Después se programa con las actividades diarias y con las diseñadas para educar. En conclusión el cerebro humano viene inicialmente programado por la naturaleza con un sistema operativo básico pero al vivir cada día se construyen nuevos algoritmos que generan las rutinas que corren todos los días que dan como resultado lo que llamamos mente y que se va consolidado cada noche que dormimos.
La pregunta es, ¿que puedo aprender del cerebro humano para aprender a programarlo, para aprender a generar rutinas que lleven a una persona a lograr sus sueños, a vivir una vida plena, a ser feliz, a lograr muchas cosas positivas en su vida utilizando de manera original su imaginación, curiosidad y creatividad?
También me pregunto, ¿dónde están los Mozarts, Bachs, Einsteins, Newtons, Curies, Teslas, Copernicos y todos los demás genios pero modernos? ¿Porqué no hay más de ellos y si los hay porqué no son más famosos que el tipo de gente que idolatra la mayoría de la población?
Con esa conclusión y esas preguntas ShaoLan comenzó su nuevo doctorado, iba a aprender a programar el cerebro humano de una manera proactiva. Pensaba que podría diseñar un lenguaje de programación universal, al menos básico, para con ello crear algunas aplicaciones prácticas humanas a las que llamó "Human Apps", que más allá de ser materias de escuela, fueran capacidades de vida, hábitos positivos a ser usados independientes de enfoques profesionales o de trabajo. Capacidades que una persona se programaría a si misma y que podría poner en la mesa como sus ventajas originales, como sus talentos o como aumentos a su personalidad para ser ocupadas de forma positiva ya sea de manera individual o como parte de un esfuerzo de equipo.
Códice Moncam